LA CONQUISTA DEL ECCEHOMO

¡Y nos queríamos perder la excursión, con lluvia incluida! Antes de comentar mi experiencia, me gustaría agradecer al grupo con el que me tocó realizar mi recorrido la paciencia y colaboración que me mostraron. Como en toda experiencia hay resultados positivos y negativos. Personalmente me llevo los positivos. Pero para desarrollar nuestro futuro programa de Habilidades Sociales, será necesario tener en cuenta ambos. Los positivos para ponerlos en práctica y los negativos para no caer en los mismos errores que cayeron los alumnos del CAFD.
En primer lugar, me encontraba un poco descolocada porque no entendía que hacía yo un día lluvioso con esas personas y en ese contexto determinado. No terminaba de relacionar la excursión programada con los alumnos de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y la asignatura de Habilidades Sociales, pero según fuimos entrando en la dinámica de la actividad, empecé a ir estableciendo dicho relación.
Si a esta primera incertidumbre, añadimos que nada más llegar el punto de encuentro los alumnos del CAFD, fueron pasando al pabellón sin decirnos nada, me sentí más pérdida aún y me dio la sensación como que nadie, excepto el profesor, nos esperaba. Mis compañeras y yo en este momento no sabíamos si pasar o quedarnos en la puerta, pero comenzó a llover y decidimos entrar. Por lo tanto, un aspecto que personalmente tendría en cuenta y que trabajaría con dichos alumnos para nuestro programa de Habilidades Sociales es el RECIBIMIENTO.
Una vez dentro del pabellón, el profesor nos presentó como alumnas de psicopedagogía y nos dividió en cuatro grupos. Cada una de nosotras fuimos en grupos diferentes, excepto dos de nosotras que fuimos en el mismo grupo. Una vez hecha la repartición de los grupos, nos presentamos y comenzamos la tarea. La primera tarea y antes de salir a comenzar el recorrido, el profesor del CAFD, nos reparte a cada grupo un mapa y una brújula. Con estas dos herramientas, tendríamos que averiguar porque camino deberíamos seguir hasta llegar a la cima del Eccehomo.
En este momento, me encuentro con otra dificultad. Personalmente no sabía utilizar la brújula, situarla en el mapa y averiguar por donde tenía que ir.
Los componentes de mi grupo no se dieron cuenta de este hecho, hasta que mi compañera y yo les dijimos que nos enseñaran. En este hecho, ocurren dos cosas, por un lado, nosotras mostramos interés por aprender y recibimos una respuesta perfecta, pero por otro lado, ellos no se dieron cuenta de que nosotras carecíamos de esa información y desconocíamos el contexto. En un principio dieron por hecho, que sabíamos lo que teníamos que hacer. Aún así necesitamos la ayuda del profesor para situarnos en el mapa y emprender la ruta.
Una vez comenzada la ruta, nos dirigimos hacia la presa del río Henares, la cual, tuvimos que pasarla a pie y con el agua congelada. Durante el trayecto que va desde la salida del Pabellón hasta la presa, ocurre un hecho que creo que marcará la relación del grupo. Los componentes de mi grupo avanzan andando por delante de mi compañera, del profesor y mía. En este momento mi compañera les da una llamada de atención al grupo, diciéndoles que nos habían dejado solas y que había avanzado sin esperarnos, entonces es cuando parece que a partir de aquí, el grupo se da cuenta de que no tenemos su misma rapidez, y que nos falta ciertas habilidades que a ellos les sobran.
Tras la llamada de atención por parte de mi compañera a los miembros de nuestro grupo, una vez que llegamos a la presa, curiosamente empiezan a darme pequeñas instrucciones de cómo tenía que pasar la misma. Una vez que había comenzado a cruzar la presa, uno de los componentes de otro grupo, se da cuenta de que tengo ciertas dificultades para cruzarla y amablemente me ayuda, pero es otra persona ajena a mi grupo la que me ayuda a cruzar el grupo.
Una vez cruzada la presa, y haber andado unos metros, cada grupo tiene que seguir la ruta que previamente, nos había dado el profesor en el pabellón con un plano y una brújula. Para mí, este momento fue clave. De pasar de ir todos juntos, a cada grupo coger su ruta. Fue un hecho fundamental. A partir de este momento el grupo no se separó de nosotras en ningún momento y personalmente me sentí muy bien con el mismo por la colaboración y ánimo que recibí en todo momento.
Además durante el recorrido hasta llegar al Eccehomo, tuvimos que ir identificando alguna huella de animal y tuvimos que hacer cada uno de nosotros de una persona ciega. Personalmente cuando me tocó hacer de persona invidente, al principio me sentí insegura, pero según íbamos avanzando en el recorrido mi inseguridad era cada vez menor.
No nos podemos pasar por alto las dificultades con la que nos encontramos hasta llegar a la cima del Eccehomo, y que el grupo resolvió de forma extraordinaria. Una de estas dificultades fue cuando el grupo tuvo que tomar una decisión sobre el camino que debería seguir según el plano, puesto que llegamos a una bifurcación de caminos, y el grupo estaba confundido de cómo seguir. Nos paramos tranquilamente, sacaron el plano y de forma consensuada decidieron cuál era el camino adecuado a seguir. A todo esto tenemos que añadir, que mientras el grupo se paraba a consensuar el camino correcto, llovía a mares.
Otro de las dificultades que se resolvió perfectamente fue casi llegando al Eccehomo, concretamente quedaba la peor pendiente para subir. El grupo estaba indeciso de subir porque era una pendiente considerable, llovía en ese momento mucho y el suelo era peligroso porque resbalaba bastante. Ellos consideraban que era un poco arriesgado y que nos podíamos caer. Pero a nosotras después de estar allí, nos sentíamos motivadas para subir y disfrutar de las vistas. El grupo decide finalmente subir a pesar de los pequeños peligros que podían surgir.
¡Y por fin conquistamos la CIMA DEL ECCEHOMO! Una vez que llegamos al objetivo, disfrutamos de las vistas, aunque con un poquito de niebla, pero mereció la pena. Una vez en lo alto del Eccehomo contamos con muy poco tiempo. Aquí eché en falta de haber parado y al menos, habernos comido nuestro bocadillo, pero por falta de tiempo, enseguida tuvimos que empezar nuestro camino de regreso.
A mi grupo, nos tocó bajar a travesando la montaña. Para mí fue más dificultoso bajar, puesto que resbalaba bastante el suelo, aunque por suerte había parado de llover. En la bajada, la relación del grupo se fue consolidando mucho más. Me mostraron su ayuda constantemente, ya que me encontraba con dificultades para bajar por miedo a resbalarme y caerme.
Y sobre todo, me mostraron continuamente ánimos para continuar con el recorrido.
Una vez, terminada la bajada, llegamos de nuevo hasta la presa, pero esta vez la cruzamos por otro lado más dificultoso. En este momento, tenía la posibilidad de atravesar la presa por donde la habíamos cruzado a la ida, pero ya que habíamos llegado hasta allí, me sentía con la necesidad de cruzarla, por el lado donde el resto de los grupos la había cruzado, a pesar de que era mucho más complicado que a la ida. Con la ayuda del profesor la cruzamos sin ningún problema.
Finalmente, llegamos a nuestro punto de partida “El pabellón del Val”. Llegó el momento de despedirnos. La despedida fue mucho mejor que el recibimiento, quizás porque habíamos pasado varias horas caminando juntos y la relación del grupo se fue consolidando. No fue una despedida final, puesto que nos reencontraremos con ellos en la Facultad.
A nivel general, creo que al grupo en todo momento cuidaron su relación con migo y tal como he señalado antes, esto se va afianzando mucho más, una vez que el grupo tiene que emprender su ruta, sin el resto de los grupos. A partir de este momento, estuvieron continuamente pendientes de nosotras. Es inevitable de que a pesar de ser un grupo pequeño compuesto por 6/7 personas, hay personas que están más pendientes y se preocupan más que otras. Pero entiendo que no todo el mundo va estar pendiente de ti en todo momento, es bastante complicado. De hecho hay momentos que componentes del grupo iban andando más delante mía, y había otros que no se separaron en ningún momento de nosotras. Pero no me sentí mal por ese hecho, para mi es comprensible. De hecho, cuando el grupo tuvo que tomar decisiones como las antes comentadas, estuvimos todos juntos.
Al principio del recorrido no fueron conscientes en el contexto en el que estaban, por lo tanto no pudieron actuar en consecuencia. Pero a medida de que fuimos avanzando en el recorrido, y observaron que para nosotras era un contexto más o menos novedoso y que teníamos ciertas dificultades para realizar determinadas tareas, se fueron concienciando del contexto en el que estábamos y por lo tanto, ya sí actuaron en consecuencia.
En relación al liderazgo que pudiera existir en mi grupo, no observé claramente un líder, puesto que cuando surgió un problema entre todos lo hablaron y resolvieron el problema. No observé ninguna persona que se desentendiera del grupo y que actuara libremente. También depende de la situación. Para mí, si tuviera que denominar algún líder del grupo, denominaría a aquellos que en todo momento estuvieron conmigo. Por otro lado, en las decisiones del grupo, me limitaba a escuchar porque era consciente de que yo no controlaba este contexto, y si a mí aunque me apetecía mucho subir a la cima si estoy escuchando a mis compañeros que es peligroso por el mal estado del suelo y porque estaba lloviendo, les hago caso, porque confío en ellos, que son los que controlan el contexto.
Como he comentado antes, me sentí motivada en todo momento a pesar del cansancio que iba acumulando. Creo que se sentían completamente motivados/as hacia la actividad y no solo los miembros de mi grupo, sino la clase en general parecía motivada para la realización de la misma. Y el hecho de estar ellos motivados hacia la tarea, hace que nos la transmitiera a nosotras.
Concretamente en mi grupo, creo que el objetivo de la tarea no era solo la nota, ni disfrutar del día, sino que iban más allá. Les creaba incertidumbre sobre lo que hacíamos allí y me mostraron en todo momento que les gustaba lo que hacían. Además, como tuvimos horas para estar conversando, había profesores/as de educación física que ya llevaban ejerciendo como tal en colegios y me aseguraron que no lo cambiarían por nada, a pesar de haber recibido ofertas como ser Jefe de Estudios. Son conscientes de lo que les gusta y de lo que quieren hacer. También me comentaron los proyectos innovadores que trabajan en sus colegios, donde prima la interdisciplinariedad entre las diferentes áreas. Así mimo, me estuvieron enseñando todos los aspectos que trabajan en sus clases como profesores de educación física. No solo dedican tiempo al deporte, sino a otros aspectos como la nutrición o el conocimiento del cuerpo humano. Por lo tanto, yo creo que estamos ante un tipo de motivación vinculado al grado de disfrute o afecto vinculado a la actividad (AFILIACIÓN).
¡Animaros a la experiencia!
2 comentarios
Teresa -
Me maravilla nuevamente, el comprobar cómo una misma experiecia puede vivirse de forma tan diferente entre distintas personas. Estoy segura de que si hubiéramos hablado más sobre la excursión nuestros recuerdos no serían tan distintos, pero esta es la magia de la ecritura en soledad y es que el recuerdo es más puro, más personal (uh, si al final va a estar bien esto del blog, je, je.)(me siento tan nmigrante digital en estos quehaceres, a pesar de que soy consciente de que mucahs personas con mi edad lo son aún más).
Quiero darte las gracias publicamente por un aprendizaje, especialmente significativo para mí, (hay otros ma´s, pero quiero destacar este por la utilidad en mi desarrollo personal), y es lo relativo al pedir ayuda. Tu naturalidad en el reconocer tu necesidad, mi reactivo descoloque (por qué pedir ayuda? por qué no ir más allá sin unamano....?) y mi posterior análisis, obsevación, prueba y comprobar que en ocasiones es necesario pedir ayuda. Sí ya se que puede sonar a perogrullada, todos necesitamos de la ayuda de otros en muchas ocasiones, pero en la excursión fue tan palpable, tan sencillo, y tan claro que me impregné de tu hacer tan natural y sncero, tan humilde, entendiendo or humilde como la capacidad de reconocer nuestra valía y nuestra carencia que te estoy muy agradecida. GRACIAS
Teresa -